MarianaEnriquez

Mariana Enriquez

La argentina dio una charla ante alumnos del plantel Sur

Mariana Enriquez
La argentina dio una charla ante alumnos del plantel Sur

La escritora argentina Mariana Enriquez presentó Un lugar soleado para gente sombría, su más reciente libro de cuentos, ante los alumnos del plantel Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades.

Los doce cuentos que componen el libro tienen como punto de encuentro el terror, lo monstruoso, los fantasmas y los seres emergidos de los cementerios, elaborados con la piel verdosa y agusanada de un recién nacido a la muerte.

La prosa de Enriquez es muy ágil, siempre. Tiene el gran oficio de crear historias con tintes góticos, con atmósferas tétricas, pero esta vez con cierto humor, con cierta ligereza en el narrador, sobre todo, a diferencia de sus libros anteriores.

“Mis muertos tristes”, “Los pájaros de la noche”, “La desgracia en la cara”, “Julie”, “Metamorfosis”, “Un lugar soleado para gen te sombría”, “Los himnos de las hienas”.

“Diferentes colores hechos de lágrimas”, “La mujer que sufre”, “Cementerio de heladeras”, “Un artista local” y “Ojos negros” son los relatos incluidos en este volumen.

Creo, bajo el riesgo de quien emite una opinión, que los mejores cuentos son “Julie”, “Los himnos de las hienas” y el que le da nombre al libro.

En ellos se halla esa Enriquez más sombría y delirante, la más arriesgada y con un perfil mucho más gótico y despiadado. Los demás cuentos no logran la contundencia que esta terna.

La presencia de la escritora argentina en el Colegio de Ciencias y Humanidades constituyó una inmejorable oportunidad para que la comunidad estudiantil conviviera con una de las representantes más importantes de la literatura contemporánea en español.

Enriquez ha convocado, en torno a su obra, críticas muy elogiosas, entre las que destacan la de Leila Guerriero, Dave Eggers y el Premio Nobel, Kazuo Ishiguro.

Después de publicar Nuestra parte de noche, la novela con la que obtuvo el Premio Herralde, con este libro de relatos Enriquez tuve un breve descanso y entró a la literatura con mayor divertimento. Como lo digo líneas arriba, estos relatos se debaten entre la parodia y el terror, entre el eco y el altavoz.

He leído la obra de Enriquez desde hace años, y entro en ella como un lector, no como crítico, sin pretensiones ni ánimos retóricos. La disfruto o no. Y eso me da cierta libertad para hablar de ella, sin academicismos, pero con cierto rigor.

Hasta hora, el libro más redondo que contiene relatos que se suceden uno tras otro con rigor y excelencia es Las cosas que perdimos en el fuego, título con una carga poética evidente.

Mariana Enriquez se ha erigido, junto a un puñado de autoras como Fernanda Trías (Uruguay), María Fernanda Ampuero (Ecuador), Katya Adaui (Perú), Liliana Colanzi (Bolivia), Margarita García Robayo (Colombia) y Lina Meruane (Chile), entre otras, como una voz destacada y autorizada dentro del panorama literario de nuestro continente e idioma.

No cabe duda que su charla con los alumnos del plantel Sur puso de manifiesto la importancia de contar con la presencia de artistas para que entablen un diálogo con los alumnos del CCH.

La conversación, directa y franca, entre jóvenes con la escritora permitió no sólo conocer más de la obra y vida de la argentina, sino que propició en los alumnos y alumnas interés y ánimo para continuar con una profesión de mucho rigor, como lo es la escritura.

Compartir: